Ascenso de la U.D. Las Palmas a Primera División 13 años después

Las Palmas

Muchos son los que desde su nacimiento no han visto jamás a la U.D. Las Palmas jugar en Primera División, de ahí que no sean capaces de entender lo grande que llegó a ser este equipo en los años 60 y 70.
La pasada campaña, los amarillos rozaron las puertas de la categoría de oro del fútbol español; tras un partido sin goles en el Arcángel (estadio del Córdoba CF), los amarillos jugaban en casa ante su afición, a sabiendas de que cualquier victoria les concedía el mayor de los logros al que podían aspirar: el ascenso.

Parecía ir todo sobre ruedas, sobre todo cuando los insulares se adelantaron en el marcador, resultado corto pero que era suficiente para que los canarios cumplieran su objetivo. Durante muchos minutos el luminoso reflejó siempre ese 1-0, hasta que en el descuento, la afición de la U.D., invadió el campo de manera precipitada, algo que obligó al colegiado del encuentro a parar el partido durante casi diez minutos.

En la reanudación, el Córdoba logró empatar el partido, y la ilusión se transformó en dolor y en lágrimas inconsolables viendo como se había perdido una ocasión tan clara de volver a la máxima categoría. De aquella derrota se aprendió, y bastante, a la temporada siguiente (14/15), los insulares volvieron a confiar en un bloque serio y con muchas ganas de resarcirse de lo ocurrido en el 22J.

Tras un comienzo espectacular, los de Paco Herrera (entrenador de la U.D.), encabezaron la tabla durante nada más y nada menos que 22 jornadas, sin embargo, en la segunda vuelta soltaron bastante el pie del acelerador, lo que les llevó no solo a perder la primera plaza, sino incluso a quedarse fuera del tren del ascenso directo.

Durante las últimas jornadas del campeonato, el equipo volvió a estar en forma ganando incluso los últimos cinco encuentros (Recreativo, Osasuna, Barcelona B, Zaragoza y Alavés), sin embargo, la distancia con respecto a los de arriba (Girona y Sporting de Gijón), provocó que el equipo tuviera que jugar irremediablemente los play-offs de ascenso si quería lograr el ansiado objetivo.

El cruce (3º vs 6º  y  4º vs 5º), deparó por un lado el Girona-Zaragoza, y por el otro el Las Palmas-Valladolid. El primer encuentro fue un claro ejemplo de superación por parte del conjunto maño que ante todo pronóstico remontó el 0-3 de la ida con un 1-4 en Montilivi que pasará a la historia como una de las mayores gestas en la categoría desde que se implantó este sistema de competición.

En el otro choque, la U.D. logró empatar a un gol en Zorrilla, para posteriormente igualar sin goles en casa y pasar por el valor doble de los goles en campo contrario.
Con todo esto, la final se disputaría entre Zaragoza y Las Palmas.

En el choque de ida, los aragoneses remontaron el tanto inicial de Jonathan Viera, para acabar imponiéndose 3-1, y cuando parecía que viejos fantasmas volvían a merodear la cabeza de todos los aficionados amarillos, apareció la casta de un club abonado al sufrimiento para voltear la eliminatoria con un 2-0 en el partido de vuelta que daba el billete a la máxima categoría del fútbol español después de 13 años de ausencia.

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